martes, 25 de octubre de 2011

DOS DÍAS EN SEVILLA

Apenas dos días no dan para conocer Sevilla ni muchísimo menos, pero si dan para paladear un poco su gracia, su arte y su sal. Hemos intentado ver todo lo que mi maltrecha rodilla nos ha permitido y yo, por lo menos, me he vuelto con un regusto a elegancia y donaire que esperaba pero aún así, me ha impactado.

A pesar de estar lleno de turistas, en ningún momento he tenido la sensación de agobio que he experimentado en otras partes. He estado en sitios, sin cruzar la frontera, en los que el dueño del bar de turno no me entendía lo que le pedía porque no hablaba castellano. Sin comentarios. En Sevilla, los visitantes pasean como con respeto, con calma. Sacan fotos y compran pijotadas, como en todas partes, pero no he visto empujones, borracheras ni malos modos en ningún momento. Bueno, para ser exacta diré, sacamos fotos y compramos pijotadas.

La parte monumental sevillana es maravillosa, pero también lo son tantas y tantas en otras ciudades españolas. Tiene su casco antiguo con ése laberinto de calles que sólo ellos deben dominar, ésos rebollos del suelo que al final del día acaban por ser una tortura, ésos colores blanco y ocre tan característicos de las fachadas. Algunas casas incluso dejan sus puertas abiertas para que los paseantes disfruten de los increíbles patios sevillanos, si le echas un poco de valor y te asomas a su interior.

Pero a mi los que me han conquistado han sido los sevillanos. Ni un mal gesto, ni una mala cara. Al contrario, se me han cumplido todos los tópicos y he oído :"Ohú!", "Mi arma!", "Quillo" e incluso "Ea" en diversas situaciones a distintas personas con toda la naturalidad del mundo y no se ha dirigido nadie a nosotras sin una sonrisa puesta.

En lo personal, dos días para nuestras charlas sin preocuparnos de nada donde hemos tenido tiempo para partirnos de risa y también para soltar alguna lágrima. Pero no diré ni dónde ni por qué , que ésas son cosas nuestras.

En resumen, Sevilla bien vale un viaje pero no de un fin de semana sino de más días para poder saborearla despacito, con paso suave, como caminan los sevillanos.

2 comentarios: