viernes, 30 de septiembre de 2011

¿TENGO TOCs?


TOC: Transtorno obsesivo compulsivo.

No sé si lo que tengo son tocs o tics o simples manías pero a ver tú que opinas.

-- Mi lavaplatos tiene una bandeja en la parte superior, donde se colocan los cubiertos de manera horizontal, no van en una cesta verticalmente. Bueno, pues cuando lo vacío, tengo que sacarlos siempre en el mismo orden, esto es, cuchillos, tenedores, cucharas y cucharillas y si me equivoco, por ejemplo, y empiezo con la cucharas y me doy cuenta de que me he dejado un tenedor, dejo las cucharas, cojo el tenedor, y vuelvo a coger las cucharas. Con el resto de la vajilla también llevo un orden pero no soy tan estricta.

--En mi dormitorio tengo tres fotos de mis hijos. Si miro una, tengo que mirar las tres y además al mismo punto y durante el mismo tiempo. Ésto podría no tener importancia si no fuese porque si me ocurre cuando estoy saliendo con prisa de la habitación y de repente se me van los ojos a una de las fotos, ¡zas! tengo que pararme y mirar las otras dos . O cuando estoy en la cama y me vuelvo hacia la pared donde están las fotos  ¡uyyy!  a mirarlas todas aunque lleve una hora intentando coger el sueño.

--No soporto tocar barandillas, asideros de puertas de sitios públicos, botones para que cambien los semáforos o abrir las puertas del metro. ¿Cómo lo hago? Estiro las mangas hasta que las engancho con los dedos y me cubren la mano o empujo con el codo. Y para los botones, me apaño con los nudillos. Mi marido no dice nada pero cuando va detrás de mí, flipa y yo creo que cuando , ni tengo mangas, ni puedo estirar los faldones de la blusa y no me queda mas remedio que tocar la dichosa manilla, se parte.

Debe de haber un componente genético en todo ésto porque uno de mis hijos no soporta ver los pies de nadie a su alrededor. El tema se ha ido suavizando con los años, pero recuerdo que siendo más pequeños, todos teníamos que estar calzados viendo la tele y en una ocasión en que le ingresaron en el hospital unos días, ya siendo un poco más mayor, podía haber ocurrido una catástrofe. Ya había cumplido los dieciséis con lo cual, le colocaron con los adultos. En la cama de al lado había un señor al que le gustaba pasar el día tumbado sobre la cama en pijama sin taparse y yo tuve que pasar la mayor parte del tiempo de pie haciendo de biombo entre mi hijo y los cuarenta y dos centímetros de pinrel del buen hombre. Mas que nada por evitarle un traumatismo craneoencefálico al hombre. Mi hijo tenía la cosa ésa donde se cuelga el suero muy a mano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario