SOCORRO, LA TECNOLOGÍA!

Las nuevas tecnologías vienen rápido, tan rápido que muchas veces nos empujan y arrollan cómo un tornado, dejándonos con los pelos revueltos y la cara de susto como diciendo ¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué ha dicho?

Recientemente, Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) ha implantado un nuevo sistema para solicitar recetas para enfermos crónicos en el que ya no hablas con una telefonista sino con una grabación. La Voz, y no me refiero a Sinatra, comienza la batería de preguntas, queriendo saber si es una urgencia, si quieres una cita y alguna posibilidad más. No quiero pensar los nervios que le pueden entrar a alguien si lo que le pasa es urgente, pero en fin.   Cuando le dices que quieres una cita, te pide uno por uno los números del d.n.i. o los de la t.i.s.(Tarjeta de Identificación Sanitaria) ¡Con un par! Y así hasta que completas toda la información que necesitan. Entonces te dan una cita y te dicen que ése día y a ésa hora, te llamará la enfermera para preguntarte que medicamentos necesitas y también te dirá cuando puedes pasar a recoger las recetas por el ambulatorio.

Dos preguntas, ¿Dónde está la ventaja si al final tienes que ir al ambulatorio igual que antes? ¿ Las personas mayores van a ser capaces de entendérselas con La Voz?  Mi madre, ya os digo yo que no.

Las tarjetas recargables para ver la tv en el hospital. El abuelo que estaba ingresado en la cama de al lado de mi hijo , rondaba los ochenta y tantos, quería ver las noticias de la noche. Ni él ni su mujer, de edad parecida, acertaban a manejarse con la tarjeta que les había dejado su hijo. Les tuvimos que echar una mano nosotros y éso, después de dedicar un ratito a seguir las instrucciones de la pantalla, no creáis. Cuando ya tenía la tele encendida y el canal elegido, el hombre quería meter la clavija de los auriculares en la caja de la tarjeta en lugar de en el teléfono que tenía junto a la cama. Tampoco es tan extraño si lo piensas, ¡qué leches hace una entrada de audio para la tv en un teléfono que además es el mando a distancia!

No digo yo que las cosas no tengan que mejorar pero hay que reconocer que si a nosotros, la gente, digamos casi joven, nos cuesta mantenernos al día, cómo no lo pasarán de mal la gente mayor,  sobre todo si no tienen ayuda , para arreglárselas en éste mundo en el que cada vez impera más el chip to chip y menos el cheek to cheek.